"Dijiste que no dolería. Hay demasiado silencio de noche, y entonces recuerdo lo que no me dijiste. Déjame hacerlo. Te acercas, hay mucha gente, pero diferencio tu sonrisa entre la multitud. Llevas un vestido negro, ¿acaso vas de luto? Hemos muerto, y me parece lo mejor. 'Ey, ¿qué tal?' No sé si mentirte que bien o besaste la boca como agarrándome a la vida. Hay tanta oscuridad... Mira, cuando llueve creo que soy yo el que se precipita. Oye, fíjate, entre mis escombros encontrarás algunas rosas que huelen a ti. Pero yo estoy roto. Si cierro los ojos vuelves, en forma de sexo y barranco. Cállame. Descansa tu paciencia en mi necesidad. Tenías las piernas más largas de aquel poema que te escribí cuando dormía. Te pareces a cualquier canción que escucharía en bucle durante el insomnio. Pero lo pienso, y te vas. Te deshaces en el aire como una eyaculación sobre las sábanas. El éxtasis ya es sólo una sensación que se despierta de madrugada. Y a veces olvido que una vez hicimos el amor como aquellos que follan sabiendo que mañana ya no se recordarán. Dijiste que no dolería. Pero hablabas del pasado. Y tenías razón. Ahora: duele. ¿Quién coño nos iba a salvar de nosotros mismos? Disparamos sin apuntar, pero estábamos cerca. Y fuimos ríos que desembocan en algo para lo que no estábamos preparados. No tuvimos la culpa, pero sobre todo, y es lo más triste, tampoco el places."
-En un mundo de grises
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